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Woman applying moisturizer to her skin

Cómo lograr una piel radiante

La belleza no es únicamente una cosa externa, nuestros pensamientos están conectados con nuestro cuerpo, por más que nos cuidemos la piel aplicándonos cremas y ungüentos, si estamos tristes, si estamos mal por dentro, eso se va a reflejar en nuestra piel. Cuando uno está feliz el cerebro libera neuropéptidos que estimulan la luminosidad, todo nuestro cuerpo está conectado. Pero ¿cómo hacer para ser feliz? Es una cuestión de actitud, pero sobre todo es una decisión propia. Aquí algunos consejos que ayudan a estar mejor:

1. Reduce el estrés: Es inevitable. Todos lo padecemos y más en esta era moderna de trabajo y capitalismo desenfrenado. Pero el meditar, darte un baño en la noche y tomarte 5 minutos para pensar en las cosas buenas y que valen la pena de tu día, reducen y transforman el estrés en satisfacción. Y qué decir del ejercicio, el cual sabemos que libera las famosas endorfinas (hormona de la felicidad). No es necesario estar horas en el gimnasio, con una rutina de 20 o 30 minutos al día, basta.

El estrés por lo general es querer estar YA en otro sitio y no en donde estamos. Es un arte aprender a vivir el aquí y el ahora, esto reduce el estrés hasta desvanecerlo del todo y nos hace más acertados en nuestros actos…porque estamos en el presente, alertas.

2. Duerme bien: Disfrútalo! No hacerlo genera irritabilidad, nerviosismo, ansiedad e incluso enojo- además de que se refleja en nuestra piel-. Por eso siempre he recomendado dormir lo suficiente. Mientras descansas tu piel y otras partes del organismo se recuperan, tu mente se despeja, así que no dejes de hacerlo.

3. Decide: Los problemas no van a desaparecer pero sí podemos cambiar nuestra forma de manejarlos. Primero aceptando lo que sucedió o se presentó. No poner resistencia nos evita mucho desgaste innecesario de energía. Si tiene solución, actuar. Si no, dejarlo. A veces se solucionan solos, o más adelante se nos ocurre una solución.

4. Controla tus pensamientos: Cuando nos atacan esos pensamientos que nos sabotean, que nos hacen dudar de nosotros mismos y que nos quitan la capacidad de saber que tenemos el poder de vencerlo todo, es necesario cambiar de ideas y poner nuestra mente en lo que nos gusta y no en lo que nos disgusta. La felicidad es un hábito, una decisión, la podemos fortalecer como a un músculo. No sólo nos sentiremos mejor, si no que nuestra piel lo agradecerá, se sentirá más feliz y ¡eso es lo que nos va a iluminar!

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